Conectando personas

Conectando personas, uniendo mundos

domingo, 13 de julio de 2014

Atrapando lo intangible: José Antonio Galve, maestro relojero

Desde épocas inmemoriales el ser humano se ha preguntado por su devenir temporal. Los sucesivos ciclos del día y la noche marcaban los ritmos de trabajo y descanso de las personas y, enseguida se vio la necesidad de medir el tiempo de forma más precisa para acotar, precisamente, unidades de medida más pequeñas que el día, hasta llegar, en el ámbito de la física, al  tiempo de Planck  o intervalo temporal más pequeño que puede ser medido.

No nos costaría mucho remontarnos a la época en la que los relojeros hicieron su aparición. Según Wikipedia, relojero/a es la persona que vende, hace o repara rejojes. Y el trabajo de relojero mecánico, con los cambios asociados a los nuevos desarrollos tecnológicos todavía sigue vigente en la actualidad.

Pero lo que hace más extraordinario este oficio es la pléyade de personas autodidactas interesadas y aficionados a los relojes. Auténticos profesionales que, desde sus domicilios, adornan y complementan el  trabajo de los relojeros de oficio.

En el caso de J. A. Galve, el inicio de su afición por los relojes se remonta a su niñez, cuando -siendo un canijo- ya mostraba una irresistible atracción por el contenido del escaparate de una relojería sita en la calle Santander. Allí se pasaba horas muertas con la nariz pegada al cristal contemplando los "guardatiempos".

A pesar de que nadie en su familia se había dedicado anteriormente a esta profesión, la fijación de José Antonio era tan intensa que con sus primeras propinas, consiguió hacerse con un reloj de pulsera marca "Lucerne" (de pasadores y sin rubíes) que adquirió en la relojería citada anteriormente.

Ya un poco más mayor (veintitantos años) trabó amistad con Rafael Pérez de Mezquía, un maestro relojero con taller ubicado la calle San Vicente de Paúl. Los dos compartían su pasión por este campo y José Antonio disfrutaba llevándole relojes viejos para que los reparara. En estos ires y venires nació una amistad que luego se fue prolongando... ¡en el tiempo!

Con posterioridad inició sus viajes por España buscando relojerías viejas y antiguas con el objetivo de recuperar relojes mecánicos que ya estaban obsoletos. La sistemática era sencilla: miraba direcciones de relojerías y las apuntaba con la finalidad de visitarlas en cuanto pudiera. Nada que ver con la situación actual en la que Internet lo ha trastocado todo. Ahora impera el cuarzo y las piezas se buscan en E-Bay.

Además, con la finalidad de documentarse a conciencia Galve iba adquiriendo muchos libros de relojes y de fábricas suizas. Y, en la década de los 90 se desplazó a este país para visitar varias fábricas. Sus idiomas de referencia eran (ya en esa época) el francés, el inglés y el alemán.

Me intereso por las características personales que se requieren para ser relojero y José Antonio me detalla el perfil idóneo: mucha paciencia, habilidad manual y perfeccionismo. También sensibilidad e incluso cierto toque romántico. Por supuesto dedicación plena cuando estás en ello. Él mismo se abstrae totalmente cuando está trabajando. Hasta el punto de que todo lo que no sea el reloj desaparece de su campo perceptivo.

Aunque hay una escuela de relojería en Bilbao, Galve lo ha aprendido todo de forma autodidacta. El disfrute lo encuentra en el hecho de buscar las piezas, ajustar la maquinaria y ver cómo el conjunto empieza a "latir". En ocasiones también puede experimentar desasosiego; cuando, por ejemplo el reloj no "arranca". Este hecho no es infrecuente, máxime si tenemos en cuenta la complejidad de encajar y ajustar unas 200 piezas de un reloj de sonería. El material de las mismas puede ser acero, titanio o carbono.

Naturalmente dispone de toda la instrumentación necesaria para efectuar las reparaciones e incluso componer relojes nuevos así como un aparato calibrador electrónico. No hay que dejar nada al azar.

Ponerse el monóculo de relojero y meterse en faena requiere una cierta dosis de inspiración. A veces pueden pasar meses sin tocar un reloj. También puede ocurrir justamente al revés y no poder quitarse la lupa del ojo. Pero hay que tener cuidado con los excesos. Una enfermedad típica del oficio es la prostatitis, por no hablar de las afecciones de espalda...

En la actualidad cada vez quedan menos profesionales de relojería mecánica. Y no es que no sean demandados. José Antonio ha declinado en más de una ocasión realizar distintos trabajos que le habían propuesto. Curiosamente ahora vuelven a estar de moda los relojes mecánicos. Sin embargo no hay reemplazo generacional. No existen buenos relojeros mecánicos.

Hablando de sofistificaciones, este mundillo da para mucho. Por ejemplo, me comenta que la marca Patek Philippe tiene como norma que cada relojero haga un solo reloj. O el caso de Seiko, que fabrica series limitadas de relojes. No hace mucho entraron 6 de ellos en España. También Zenith fabrica cronógrafos de diseño, sin olvidar otras marcas como Jaeger-Le Coultre.

En todo caso la adquisición de ejemplares raros constituye una buena inversión consiguiéndose, en ocasiones, rentabilidades del 30% al 40%. Es evidente que la relojería de alta calidad diferencia.

La conversación sigue y sigue y se desvía por múltiples derroteros, entre ellos su entusiasmo por el arte románico…. Es evidente que José Antonio, en ambos campos tiene mucha cuerda...


DuomètreYo me quedo impresionado por la pasión que manifiesta mi contertulio en el terreno de la medición del tiempo. Y por su profundo conocimiento sobre la relojería. Tantos años de dedicación han ido decantándose y, mi entrevistado destila sapiencia en cada una de sus palabras. Me quedo admirado al observar cómo aquel chaval que miraba asombrado el escaparate de la calle Santander ha sabido profundizar, recrear y disfrutar el arte de los auténticos maestros relojeros...

lunes, 17 de diciembre de 2012

Pilar Varea. Caminando hacia la autosuficiencia.

En los tiempos que corren, ser capaz de seleccionar patrones y coser tus propios vestidos es una habilidad que no pasa desapercibida. Y teniendo en cuenta que la crisis económica cada vez aprieta más, esta destreza constituye una auténtica virtud a la vez que una hucha en la que se puede ahorrar dinero.

Pues bien, hoy hablamos con una persona que cuenta con ese don, con esa facilidad de materializar los diseños y patrones de las revistas en prendas de vestir sencillas pero originales al mismo tiempo. Y lo más importante: sentir la satisfacción de que ella misma las ha confeccionado y que, por tanto constituyen modelos exclusivos que nadie más va a llevar.

En la familia de Pilar siempre ha existido una vena artística clarísima. Su tío -por parte materna- era escultor y pintor y su propia madre confeccionaba, habitualmente, muchas de las prendas con las que vestían Pilar y su hermana. No es de extrañar, por tanto, que ya de jovencita, comenzara a dar las primeras puntadas, a pergeñar sus propios vestidos. El hecho de vestir una prenda que sabes que es única siempre hace ilusión. Si encima te la confeccionas tú misma, la satisfacción es doble.

No se necesitan grandes equipamientos para cortar y coser tus propios vestidos: una mesa grande, papel de seda para calcar los patrones, un lápiz o bolígrafo, regla, cinta métrica, hilos variados... y evidentemente agujas, dedal, tijeras y máquina de coser. Pero como ella dice, lo más importante son las ganas y echarle entusiasmo a la tarea.

Un patrón, es una plantilla realizada en papel para ser copiada en el tejido y fabricar una prenda de vestir, cortando, armando y cosiendo las distintas piezas. Los patrones domésticos suelen ser de papel de seda,  que pueden incluir  instrucciones de uso, sugerencias sobre la tela más apropiada y las posibles adaptaciones. Están disponibles en una amplia variedad de estilos, modelos, tallas, precios...y dónde?..
 En los kioskos y librerías se venden revistas como Burda, Patrones, Tendencias...
Están muy bien elaboradas, con fotografías de modelos luciendo los diferentes diseños, que pueden ser más de 60,  al comienzo de la revista se pueden ver todos de un vistazo.










Llevan instrucciones de cómo tomar medidas, tablas para encontrar nuestra talla, instrucciones de costura:  como localizar los patrones del modelo que hemos elegido, tejidos adecuados para ese diseño, cómo colocar los patrones sobre la tela, cómo coser una cremallera...

El proceso que sigue nuestra entrevistada hasta la terminación del modelo pasa por:

1º Elegir el diseño en una revista de moda
2º Calcular la talla que necesitas
3º Buscar los patrones adecuados a la talla
4º Calcar los patrones
5º Pasarlo a la tela
6º Dibujarlo en la tela
7º Recortar, teniendo muy en cuenta cuál es la cara y cuál el revés de la tela
8º Sobrehilar a máquina
9º Coser la prenda

Pilar ve la costura como un relajo, como una vía de escape para hacer algo distinto y creativo. No le queda mucho tiempo para este menester pues lo debe compaginar con su trabajo de profesora en el instituto y la atención a sus tres hijos -y a su marido-.

En la familia sólo cose para ella misma y para su hija. Los varones se han autoexcluído. Peor para ellos.

No ha tenido ningún empacho en llevar sus propios diseños a alguna boda y ha quedado estupendamente. Desde luego, tenía la seguridad de que nadie más iba a llevar un modelo como el suyo. Pronto tocará la comunión de su hija y ya se está planteando la posibilidad de cortarle ella misma el vestido.

Pilar permanece al tanto de las noticias que origina el mundo de la moda. Se fija en los diseños de los grandes creadores. Unos le gustan, otros... no tanto.

En general reconoce cierta inclinación por los modelos con colorido. Especialmente el azul, el lila, el rosa y el rojo. Y siempre atenta a una correcta combinación de las prendas ya que, según reconoce, combinar adecuadamente los colores es básico para ir bien vestidos.

Por si alguno de sus diseños pudiera parecer llamativo o extravagante, ella adelanta que -en la actualidad- hay menos encasillamiento a la hora de vestir. Hay más informalidad que antaño y esa realidad proporciona más margen de actuación en este campo. También elige cuidadosamente los complementos: broches, collares, colgantes... De los zapatos lo que interesa -dice- es que sean cómodos y ergonómicos. El diseño, en este caso, quedaría en tercer lugar.

A diferencia de otras féminas, Pilar no invierte mucho tiempo en mirar ropa por las tiendas. Sigue su propio criterio y persevera en su línea de vestir con prendas confeccionadas a su gusto. Eso no quita para que cuando ve algo que le encaja y que le gusta, decida comprarlo. Pero no es lo habitual.

De cara al futuro, le encantaría que su hija también se contagiara de su pasión. Pasión a la que no le dedica todo el tiempo que quisiera porque también debe atender sus otras muchas aficiones: leer libros, viajar, la apicultura, cocinar, hacer jabon...

Todo lo encara con alegría y energía. No se le pone nada por delante, convencida como está de las bondades de la autosuficiencia y de la necesidad de plasmar en hechos, en obras, todo el potencial del que sabe que dispone.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Leo Urbanski. Vivir en el fondo del mar y coleccionar mariposas

La vida de Leo Urbanski no ha podido ser más azarosa. Antes de aterrizar aquí, en España, muchos fueron los países que visitó y también son muchos los recuerdos de sus andanzas, de sus idas y venidas por esos mundos de Dios. De todo ello hemos hablado en esta entrevista y de todo daremos cuenta al hilo de estas líneas.

Pero lo más llamativo, lo que más me ha atraído de su devenir vital, han sido los 20 años que pasó sumergido en las profundidades de los mares océanos ya que, aún no hemos dicho, que nuestro hombre, con sólo 17 años, decidió -en su momento- enrolarse en la Marina de los Estados Unidos -sección submarinos-.

Y es de notar el contraste entre su vida en el interior del submarino y su posterior afición a coleccionar mariposas. Estos elementos tan divergentes producen -inevitablemente- un conflicto cognitivo en el entrevistador que tratará de dilucidar acudiendo a las más variopintas hipótesis.

Los padres de Leo eran polacos, pero él nació en Chicago. Ellos regentaban un bar de barrio y Urbanski vivió de cerca el espeso mundo de los clientes deprimidos, de los amargados, de los de risa artificial y grandes problemáticas personales... La mayoría de los clientes pasaban por el bar para mitigar sus penas -cuando no para ahogarlas- en el alcohol. No es de extrañar, por tanto, que siendo un jovencito, Leo decidiera dar un giro radical a su vida y cambiar la enrarecida atmósfera de los clientes noctívagos por el aire fresco y límpido que proporcionaban las modernas instalaciones del submarino.

Y realizó todo tipo de tareas habituales en este trabajo. Esta decisión habla por sí misma sobre el carácter y la personalidad de nuestro entrevistado.

Los inicios de su vida en el interior del submarino fueron complicados: adaptarse al régimen militar, realizar con eficacia sus labores de limpieza, la convivencia con otros soldados y con los mandos... Pero sin duda, lo más difícil fue dejar atrás la familia y su vida personal.
Menos mal que los rectores de la marina estadounidense ya tiene en cuenta esta incidencia y facilitan a la tropa un régimen de 100 días en el submarino por otros 100 días en los que se incluye formación y vacaciones.

Durante el tiempo que estuvo sirviendo en la armada americana, pasó por distintos servicios: torpedos y misiles, mantenimiento, etc... Y también disfrutó de lo lindo en sus días de asueto por las ciudades del mundo entero conduciendo coches exóticos que, en esa época, eran su mayor pasión.

La vida da muchas vueltas y, nuestro amigo, con 37 años, decidió cambiar de nuevo el rumbo de su vida: canceló su compromiso con la marina y se matriculó en la Universidad de Chicago en la carrera de Sociología. Mientras tanto, para ganar algún dinerillo, se puso a trabajar de ayudante con un cuñado artista que se dedicaba a la escultura. De esta manera se pasó tres años y medio puliendo, lijando y abrillantando el metal de las piezas de Theodore Gall -que así se llama su cuñado-.

Pero Urbanski no es precisamente un hombre sedentario y pasada la etapa de ayudante de artista, decidió dar otro nuevo giro a su vida metiéndose a vendedor de casas y apartamentos de mar en México. Allí vivió la vida intensamente y disfrutó a tope de los placeres mundanos. El dinero fluía en abundancia y nuestro hombre aprovechó al máximo esta racha de bonanza. Coches, fiestas, amigos, mujeres... Un paraíso en el que no faltó alguna que otra situación comprometida de la que, afortunadamente Leo salió indemne.

Durante la estancia en México fue cuando despertó su pasión por capturar mariposas. El motivo y la razón de este impulso no lo sabe explicar con precisión. ¿Tendrá algo que ver con su anterior etapa de encierro entre las cuatro paredes del sumergible? ¿Querría aprehender la belleza de las exóticas aladas especies mexicanas? ¿Un impulso irrefrenable de confinar también a estos animales libres, por excelencia? ¿O, directamente disfrutar de la belleza de estos ejemplares cuando él lo desee?

Bueno, el caso es que -ya con 44 años- de nuevo Urbanski le da otra vuelta al timón y se vuelve a los Estados Unidos  para seguir su estela de vendedor de viviendas. Allí permaneció hasta los 64 años. Siempre viajando. De esta etapa no da muchos detalles pero seguro que también supo extraer al máximo el jugo a sus vivencias.

En la actualidad tiene una colección de unos 200 ejemplares de mariposas. Ha regalado muchas a amigos, conocidos y familiares. Comenta que para llevar a cabo esta afición se requiere un complejo proceso de selección de las especies, disección y correcta colocación. Sus limitaciones con el español le dificultan dar más precisiones sobre todo el procedimiento.

Para finalizar, Leo nos comenta otra pasión de la que no hemos hablado: decorar su casa con elementos reciclados...

Imposible extendernos más en este otro campo. El entrevistador no habla muy bien el inglés y el entrevistado se maneja como puede con el español. No importa. Hemos entendido perfectamente la globalidad de la ajetreada vida de Urbanski y hemos rellenado con la imaginación los huecos que deja un relato incompleto debido a cuestiones idiomáticas.

Extraemos como resumen de todo ello la enorme variedad de experiencias vitales de las personas y nos reafirmamos en la idea de que no es necesario viajar a países exóticos para disfrutar de estupendas vistas o cálidos atardeceres. Cerca de nosotros, a veces a nuestro lado, disponemos de suficiente material humano como para disfrutar de sus experiencias increíbles, de sus fantásticas aventuras... Sólo tenemos que acercarnos a ellos para descubrirlo, para hacer turismo... DE PERSONAS.

martes, 28 de agosto de 2012

Antonio Lasala: pasión por escudriñar el firmamento.

Es difícil averiguar qué factor o factores han determinado la fijación -la pasión- que algunas personas profesan por un determinado hobbie o por una afición particular. Una imagen impactante, un hecho novedoso o incluso el entusiasmo por algún campo concreto compartido con otras personas, pueden suponer el detonante -el inicio- del recorrido de un largo camino dedicado a esa afición.

En el caso de Antonio, ya desde niño se imaginaba la evolución que iba a seguir la "carrera espacial". La pugna entre americanos y soviéticos propició el gigantesco logro de poner un humano en nuestro satélite en 1969 y la consecución de esta meta desató en muchas personas el deseo de adentrarse en los misterios del firmamento.  Precisamente el pasado día 25 de agosto de 2012 fallecía Neil Amstrong, protagonista, sin duda de este histórico acontecimiento.

Impulsado por una insaciable ansia de saber, poco a poco, con constancia y tesón, nuestro protagonista comenzó a materializar y hacer suya la idea de profundizar en el conocimiento del universo. Pero... dejemos que sea el propio Antonio el que nos detalle los comienzos y el desarrollo de su afición:

“Mis inicios en el campo de la Astronomía se pierden en los recuerdos que tengo de niño cuando contemplaba aquel cielo nocturno de Zaragoza desde el balcón de mi casa en el barrio de la Magdalena. La carencia de la hoy gravísima contaminación lumínica, propiciaba que las personas de aquellos años 60 disfrutáramos del mejor espectáculo que nos brinda la Naturaleza, la bóveda celeste.

 Con el devenir de los años mi afición culminó cuando en 1983 Marifé, mi esposa, me regaló mi primer telescopio (¡cuánto tengo que agradecerle sus ánimos y que nunca haya recibido de ella ningún reproche de todo lo que conlleva esta afición!), un newton de 114mm que todavía conservo y que muchas veces lo he llevado al colegio donde ejerzo, para hacer observaciones con mis alumnos a lo largo de estos años.

Posiblemente el acontecimiento que más me marcó fue la visita del cometa Halley en 1986. Supuso un reto buscarlo en el cielo para observarlo con el telescopio. De este tiempo nacería mi pasión por la fotografía. ¿Cuántas veces habré fotografiado la Luna, las constelaciones, los planetas…..?

En esos años la pasión por la fotografía astronómica me llevó a montar un pequeño taller de fotografía en un cuarto de mi casa. En él revelaba mis negativos y luego positivaba en mi ampliadora los resultados de mis observaciones.

Es muy importante resaltar que mi afición por la Astronomía no hubiera sido tal si no hubiera formado parte de varios grupos de aficionados. A través de una compañera de Marifé me puse en contacto con el que desde entonces es un gran amigo mío, un gran aficionado, observador incansable, descubridor de estrellas variables,… Joaquín Vidal.

Se puede decir que, sin lugar a dudas, fue un modelo para mí. Me invitó a reunirme con un grupo de aficionados que se juntaban todos los lunes en un local que nos cedía la parroquia del Carmen. Durante años  no dejé de asistir a sus reuniones. Allí presentábamos “los logros” que unos y otros hacíamos y debatíamos sobre acontecimientos científicos  y sobre las bondades de tal o cual telescopio o cacharro astronómico.

También me asocié en la Asociación Astronómica Aragonesa.

En esos años apareció algo que propició el gran salto en la astronomía amateur, las CCD. Aunque aparecieron en los años 70, fue al final de los años 80 y principios de los 90 cuando entraron en el campo de los aficionados. Esas maravillosas cámaras marcaron un antes y un después en este campo. La fotografía química poco a poco cedió terreno a favor de la fotografía digital. Fue cuando compré mi primera cámara ccd y con ella me sumergí en la Fometría de estrellas variables.

Paralelamente entré de la mano del amigo Joaquín en el GEA, Grupo de Estudios Astronómicos. A ellos tengo que agradecer todo lo que sé y las dos publicaciones en la Unión Astronómica Internacional de las dos estrellas variables que tuve la suerte de descubrir".


Puede comprobarse que estamos ante alguien con mente científica, que procede según rigurosos protocolos y que, gracias a su constancia y tesón ha conseguido logros tan importantes como descubrir dos estrellas variables y publicar su descubrimiento en las más acreditadas revistas científicas en este campo.

La primera fue la estrella NSV 8513 publicada por la IAU en el IBVS 4407 el 9 de diciembre de 1996. Catalogada como V2425 Oph en la 75º Name List (IBVS 4870)
La segunda, la estrella HD 93917 publicada por la IAU en el IBVS 5075 el 14 de mayo de 2001. Catalogada como VY Sex en la 77º Name List (IBVS 5422)

Esta última es un descubrimiento enteramente suyo: prospección y estudio fotométrico. El análisis de la curva de luz fue hecho por el GEA con software propio.

Como curiosidad decir que ha sido incluida en estudios científicos posteriores de velocidades radiales y publicados en revistas internacionales como The Astronomical Journal, 125:3258–3264, 2003 June.

El satélite Hipparcos y la gran producción fotométrica amateur hicieron que Lasala fuera dejando la Fotometría y se dedicara a la que hasta ahora es su pasión: la astrofotografía planetaria.

Las nuevas cámaras de video digital, y el avanzado software de tratamiento de imagen han posibilitado que los aficionados hayan podido contribuir con sus fotografías en el campo científico del estudio de atmósferas planetarias de Júpiter y Saturno, entre otros planetas.

Estas imágenes las envía fundamentalmente a tres sitios:

-PVOL (Planetary Virtual Observatory and Laboratory) es centro de referencia mundial en el análisis y estudio de atmósferas de planetas gigantes del Sistema Solar (http://www.pvol.ehu.es/pvol/) El equipo de trabajo del Grupo de Ciencias Planetarias, encabezado por el catedrático Agustín Sánchez Lavega, está en la Universidad del País Vasco y alberga la base de datos de imágenes online y pública, de las observaciones de los planetas gigantes obtenidas por telescopios pequeños. PVOL depende the Atmospheres Node of the International Outer Planets Watch (IOPW), que tiene como objetivo animar a las observaciones y el estudio de las atmósferas de los planetas gigantes.

Sus publicaciones aparecen en las revistas científicas internacionales más importantes, como Nature, Icarus, Astronomical Journal y Astronomy and Astrophysics.

-ALPO Japan (Association of Lunar and Planetary Observers, sección Japón), fundada en 1959) (http://alpo-j.asahikawa-med.ac.jp/indexE.htm)

-BAA: sección de Jupiter de la British Astronomical Association (http://www.britastro.org/jupiter/)

Por último, la dirección web de su pequeña página de Internet es:

http://www.telefonica.net/web2/observatorio_de_morata/

En la que inserta periódicamente los resultados de sus observaciones astronómicas. Incluye también, entre otros apartados, uno dedicado a educación con tres webquest.

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A todo lo anterior tenemos que añadir la paciente labor de observación realizada casi a diario por nuestro amigo. Esta tarea requiere mucha dedicación, esfuerzo y tesón y la realiza desde el observatorio que él mismo se ha construido en su casa de Morata de Jalón. Allí ha emplazado su telescopio de 10´´ y los delicados mecanismos con los que apunta con precisión milimétrica a estrellas y galaxias ubicadas a enormes distancias. Durante las observaciones utiliza sofisticados programas informáticos para obtener las mejores imágenes. Posteriormente también debe realizar un exigente trabajo de procesamiento de estas imágenes con la finalidad de conseguir un resultado impecable ajustado a las exigencias de la ciencia actual.

En la noche del 27 de agosto compartí con él la observación de la luna. Para un profano, la nítida imagen de los cráteres y planicies de nuestro satélite es una experiencia sin igual. La extremada definición del telescopio permite visualizar accidentes geográficos de ¡hasta 8 km! Su entusiasmo es contagioso y, enseguida me puso al corriente de los nombres de los cráteres lunares más significados.

Como él mismo dice:

“Las fotografías de la Luna es una faceta de la astrofotografía que me encanta particularmente. He tenido la suerte de que en la web LPOD (Lunar photo of the day) me han publicado 6 imágenes:

-La primera, y que más ilusión me hizo, fue
http://lpod.wikispaces.com/May+19%2C+2011 con los cráteres Ptolemaeus and Albategnius.

La gran dificultad de la fotografía lunar y planetaria radica en el inconveniente añadido a la focal empleada, el seeing o turbulencia atmosférica, que impide llegar a registrar detalles que teóricamente se deberían ver con la resolución óptica del telescopio".

También recibí detallada información de las posiciones de las estrellas con mayor visibilidad a finales de agosto, además de las historias mitológicas asociadas a cada una de ellas.

Descansamos un rato para dar cuenta de una opípara cena que había preparado su señora y, con posterioridad subimos de nuevo al telescopio para continuar con las observaciones. Qué pena que no pudiéramos llevar a cabo este segundo objetivo. Hacia las 12 de la noche el cielo estaba bastante encapotado, impidiendo las nubes la observación estelar.

Como consuelo, Antonio me mostró la forma idónea de presentar el planisferio celeste para identificar las constelaciones en los distintos meses del año y también pude disfrutar contemplando unas excelentes fotografías de júpiter que había tomado recientemente y de detalladas explicaciones sobre las franjas de este planeta, así como de su gran mancha roja.

Volví de Morata con la satisfacción de haber logrado dos metas que hace tiempo ambicionaba: contemplar al telescopio la majestuosidad de la luna y departir -tranquila y sosegadamente- con un auténtico experto en materia de astronomía. La animada conversación en la cena con Antonio y su mujer constituyó, por supuesto, otro aditamento importantísimo para el éxito de la jornada. A ambos les agradezco la acogida y las atenciones que me dedicaron.

domingo, 24 de junio de 2012

Santiago Pinilla: los viejos rockeros nunca mueren.

Cuando trabajas en un centro educativo -o en cualquier otra organización- a cada miembro de la comunidad le asignas un rol en función de la tarea o del trabajo que realiza. Y te formas una imagen mental de cada cual según ese planteamiento un tanto estereotipado.

Pero la vida es mucho más que el trabajo. Comprende también la esfera de lo personal. Y es precisamente en ese tiempo perteneciente al ámbito de lo privado cuando empiezas a descubrir aficiones, intereses y pasiones que, normalmente, quedan ocultos en el devenir de lo cotidiano.

Tal es lo que me sucedió cuando empezé a profundizar un poco más en mi relación con Santiago Pinilla. Primero descubrí su dedicación al fútbol sala materializada en la función que realiza como árbitro los fines de semana. Y con el tiempo no tardó mucho en confiarme su segundo secreto y principal afición: su pasión por la música rock.
Condicionado como estaba por el trabajo principal de Santiago en el instituto: oficial de mantenimiento, estos dos nuevos y desconocidos universos habían quedado ocultos para mí. Sin embargo mi endémico desapego hacia la contemplación de eventos deportivos hizo que me interesara mucho más por su segunda afición: el rock.

Santiago ingresa en la Universidad Laboral de Cheste en el año 70. Fue a raíz de una prueba para seleccionar alumnos con buenas capacidades. Allí permaneció dos años cursando el bachillerato elemental (3º y 4º). Luego pasó a la U.L. de Huesca.

Y en la UL de Cheste fue donde se inició en el mundo del rock. A sus doce años, interno, lo despertaban a las 6:30 de la mañana con música. Ponían todo tipo de música pero a él le gustaban especialmente algunas canciones, como por ejemplo la de Titanic "No tengo razón" (en inglés: "I See No Reason")

Esta iniciación musical se fue asentando y, contando ya con 13 años, en el año 1972, nuestro amigo comenzó a comprarse sus propios discos. De vinilo. De los de esa época. Se guardaba la propina y con 70 pts ya tenía para un single. Los "long play" costaban 300 pts. Cuando empezó a trabajar  -y hasta los 18 años- compraba uno al mes. Normalmente los conseguía en Guateque o en discos Val en el Tubo. Otros fueron adquiridos en Andorra.

Sus amigos de la peña agradecían estas adquisiciones pues podían organizar guateques en la peña de Montañana con los discos que llevaba. Normalmente la música lenta y de mayor duración era la que más triunfaba. Por ejemplo My love.

Le gustaban especialmente los grupos ingleses y los americanos. Al pasar a Huesca profundizó en su afición pues eran tiempos de baile y discoteca. Todos los grupos de rock de esa época le agradan pero disfruta especialmente de las canciones de Led Zeppelin (Stairway to heaven) o de Who (Quadrophenia). De este último álbum salió un disco y una película.

La tarta de emociones y pasiones con que nos obsequia la vida se elabora con delicados ingredientes personales. En el caso de Santiago la música es un condimento esencial. Cada canción la asocia con recuerdos y vivencias muy específicos.

Ahora el vinilo se está poniendo de moda otra vez. Los discos pueden adquirirse en Linacero, Media Mark o la Fnac. Nuestro amigo disfruta del particular sonido de la música de antes periódicamente ya que cuenta con el equipamiento necesario: plato, amplificador, ecualizador, pletina y baffles.

Con veintitantos acudió a su primer concierto. Y así ha seguido hasta los 54 que cuenta en la actualidad. Ha asistido a muchos y disfruta a rabiar. No le importa mezclarse con gente más joven. Últimamente ha presenciado actuaciones de Heavy Metal.

Santiago escucha rock en el coche, en su casa y en cualquier otro lugar que se tercie. Eso sí, poniendo el volumen alto que es como mejor se disfruta esta música. Y en ese punto tiene que ser especialmente cuidadoso para no molestar a los vecinos.

La impronta que dejan las experiencias que vivimos de niños y jóvenes se manifiesta de una u otra manera a lo largo de nuestra trayectoria. En el caso de Santiago Pinilla, la huella dejada por el rock sigue presente en la actualidad. Es una suerte para él. Como siempre hemos reiterado en este blog "Turismo de personas", una afición vivida intensamente es un regalo, un don que no cabe desperdiciar.  

viernes, 1 de junio de 2012

Más cuadros de Esther Sevill




























Añadimos en este apartado nuevos cuadros de Esther Sevill con la convicción de que su obra merece ser conocida y divulgada.