Conectando personas

Conectando personas, uniendo mundos

lunes, 17 de diciembre de 2012

Pilar Varea. Caminando hacia la autosuficiencia.

En los tiempos que corren, ser capaz de seleccionar patrones y coser tus propios vestidos es una habilidad que no pasa desapercibida. Y teniendo en cuenta que la crisis económica cada vez aprieta más, esta destreza constituye una auténtica virtud a la vez que una hucha en la que se puede ahorrar dinero.

Pues bien, hoy hablamos con una persona que cuenta con ese don, con esa facilidad de materializar los diseños y patrones de las revistas en prendas de vestir sencillas pero originales al mismo tiempo. Y lo más importante: sentir la satisfacción de que ella misma las ha confeccionado y que, por tanto constituyen modelos exclusivos que nadie más va a llevar.

En la familia de Pilar siempre ha existido una vena artística clarísima. Su tío -por parte materna- era escultor y pintor y su propia madre confeccionaba, habitualmente, muchas de las prendas con las que vestían Pilar y su hermana. No es de extrañar, por tanto, que ya de jovencita, comenzara a dar las primeras puntadas, a pergeñar sus propios vestidos. El hecho de vestir una prenda que sabes que es única siempre hace ilusión. Si encima te la confeccionas tú misma, la satisfacción es doble.

No se necesitan grandes equipamientos para cortar y coser tus propios vestidos: una mesa grande, papel de seda para calcar los patrones, un lápiz o bolígrafo, regla, cinta métrica, hilos variados... y evidentemente agujas, dedal, tijeras y máquina de coser. Pero como ella dice, lo más importante son las ganas y echarle entusiasmo a la tarea.

Un patrón, es una plantilla realizada en papel para ser copiada en el tejido y fabricar una prenda de vestir, cortando, armando y cosiendo las distintas piezas. Los patrones domésticos suelen ser de papel de seda,  que pueden incluir  instrucciones de uso, sugerencias sobre la tela más apropiada y las posibles adaptaciones. Están disponibles en una amplia variedad de estilos, modelos, tallas, precios...y dónde?..
 En los kioskos y librerías se venden revistas como Burda, Patrones, Tendencias...
Están muy bien elaboradas, con fotografías de modelos luciendo los diferentes diseños, que pueden ser más de 60,  al comienzo de la revista se pueden ver todos de un vistazo.










Llevan instrucciones de cómo tomar medidas, tablas para encontrar nuestra talla, instrucciones de costura:  como localizar los patrones del modelo que hemos elegido, tejidos adecuados para ese diseño, cómo colocar los patrones sobre la tela, cómo coser una cremallera...

El proceso que sigue nuestra entrevistada hasta la terminación del modelo pasa por:

1º Elegir el diseño en una revista de moda
2º Calcular la talla que necesitas
3º Buscar los patrones adecuados a la talla
4º Calcar los patrones
5º Pasarlo a la tela
6º Dibujarlo en la tela
7º Recortar, teniendo muy en cuenta cuál es la cara y cuál el revés de la tela
8º Sobrehilar a máquina
9º Coser la prenda

Pilar ve la costura como un relajo, como una vía de escape para hacer algo distinto y creativo. No le queda mucho tiempo para este menester pues lo debe compaginar con su trabajo de profesora en el instituto y la atención a sus tres hijos -y a su marido-.

En la familia sólo cose para ella misma y para su hija. Los varones se han autoexcluído. Peor para ellos.

No ha tenido ningún empacho en llevar sus propios diseños a alguna boda y ha quedado estupendamente. Desde luego, tenía la seguridad de que nadie más iba a llevar un modelo como el suyo. Pronto tocará la comunión de su hija y ya se está planteando la posibilidad de cortarle ella misma el vestido.

Pilar permanece al tanto de las noticias que origina el mundo de la moda. Se fija en los diseños de los grandes creadores. Unos le gustan, otros... no tanto.

En general reconoce cierta inclinación por los modelos con colorido. Especialmente el azul, el lila, el rosa y el rojo. Y siempre atenta a una correcta combinación de las prendas ya que, según reconoce, combinar adecuadamente los colores es básico para ir bien vestidos.

Por si alguno de sus diseños pudiera parecer llamativo o extravagante, ella adelanta que -en la actualidad- hay menos encasillamiento a la hora de vestir. Hay más informalidad que antaño y esa realidad proporciona más margen de actuación en este campo. También elige cuidadosamente los complementos: broches, collares, colgantes... De los zapatos lo que interesa -dice- es que sean cómodos y ergonómicos. El diseño, en este caso, quedaría en tercer lugar.

A diferencia de otras féminas, Pilar no invierte mucho tiempo en mirar ropa por las tiendas. Sigue su propio criterio y persevera en su línea de vestir con prendas confeccionadas a su gusto. Eso no quita para que cuando ve algo que le encaja y que le gusta, decida comprarlo. Pero no es lo habitual.

De cara al futuro, le encantaría que su hija también se contagiara de su pasión. Pasión a la que no le dedica todo el tiempo que quisiera porque también debe atender sus otras muchas aficiones: leer libros, viajar, la apicultura, cocinar, hacer jabon...

Todo lo encara con alegría y energía. No se le pone nada por delante, convencida como está de las bondades de la autosuficiencia y de la necesidad de plasmar en hechos, en obras, todo el potencial del que sabe que dispone.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Leo Urbanski. Vivir en el fondo del mar y coleccionar mariposas

La vida de Leo Urbanski no ha podido ser más azarosa. Antes de aterrizar aquí, en España, muchos fueron los países que visitó y también son muchos los recuerdos de sus andanzas, de sus idas y venidas por esos mundos de Dios. De todo ello hemos hablado en esta entrevista y de todo daremos cuenta al hilo de estas líneas.

Pero lo más llamativo, lo que más me ha atraído de su devenir vital, han sido los 20 años que pasó sumergido en las profundidades de los mares océanos ya que, aún no hemos dicho, que nuestro hombre, con sólo 17 años, decidió -en su momento- enrolarse en la Marina de los Estados Unidos -sección submarinos-.

Y es de notar el contraste entre su vida en el interior del submarino y su posterior afición a coleccionar mariposas. Estos elementos tan divergentes producen -inevitablemente- un conflicto cognitivo en el entrevistador que tratará de dilucidar acudiendo a las más variopintas hipótesis.

Los padres de Leo eran polacos, pero él nació en Chicago. Ellos regentaban un bar de barrio y Urbanski vivió de cerca el espeso mundo de los clientes deprimidos, de los amargados, de los de risa artificial y grandes problemáticas personales... La mayoría de los clientes pasaban por el bar para mitigar sus penas -cuando no para ahogarlas- en el alcohol. No es de extrañar, por tanto, que siendo un jovencito, Leo decidiera dar un giro radical a su vida y cambiar la enrarecida atmósfera de los clientes noctívagos por el aire fresco y límpido que proporcionaban las modernas instalaciones del submarino.

Y realizó todo tipo de tareas habituales en este trabajo. Esta decisión habla por sí misma sobre el carácter y la personalidad de nuestro entrevistado.

Los inicios de su vida en el interior del submarino fueron complicados: adaptarse al régimen militar, realizar con eficacia sus labores de limpieza, la convivencia con otros soldados y con los mandos... Pero sin duda, lo más difícil fue dejar atrás la familia y su vida personal.
Menos mal que los rectores de la marina estadounidense ya tiene en cuenta esta incidencia y facilitan a la tropa un régimen de 100 días en el submarino por otros 100 días en los que se incluye formación y vacaciones.

Durante el tiempo que estuvo sirviendo en la armada americana, pasó por distintos servicios: torpedos y misiles, mantenimiento, etc... Y también disfrutó de lo lindo en sus días de asueto por las ciudades del mundo entero conduciendo coches exóticos que, en esa época, eran su mayor pasión.

La vida da muchas vueltas y, nuestro amigo, con 37 años, decidió cambiar de nuevo el rumbo de su vida: canceló su compromiso con la marina y se matriculó en la Universidad de Chicago en la carrera de Sociología. Mientras tanto, para ganar algún dinerillo, se puso a trabajar de ayudante con un cuñado artista que se dedicaba a la escultura. De esta manera se pasó tres años y medio puliendo, lijando y abrillantando el metal de las piezas de Theodore Gall -que así se llama su cuñado-.

Pero Urbanski no es precisamente un hombre sedentario y pasada la etapa de ayudante de artista, decidió dar otro nuevo giro a su vida metiéndose a vendedor de casas y apartamentos de mar en México. Allí vivió la vida intensamente y disfrutó a tope de los placeres mundanos. El dinero fluía en abundancia y nuestro hombre aprovechó al máximo esta racha de bonanza. Coches, fiestas, amigos, mujeres... Un paraíso en el que no faltó alguna que otra situación comprometida de la que, afortunadamente Leo salió indemne.

Durante la estancia en México fue cuando despertó su pasión por capturar mariposas. El motivo y la razón de este impulso no lo sabe explicar con precisión. ¿Tendrá algo que ver con su anterior etapa de encierro entre las cuatro paredes del sumergible? ¿Querría aprehender la belleza de las exóticas aladas especies mexicanas? ¿Un impulso irrefrenable de confinar también a estos animales libres, por excelencia? ¿O, directamente disfrutar de la belleza de estos ejemplares cuando él lo desee?

Bueno, el caso es que -ya con 44 años- de nuevo Urbanski le da otra vuelta al timón y se vuelve a los Estados Unidos  para seguir su estela de vendedor de viviendas. Allí permaneció hasta los 64 años. Siempre viajando. De esta etapa no da muchos detalles pero seguro que también supo extraer al máximo el jugo a sus vivencias.

En la actualidad tiene una colección de unos 200 ejemplares de mariposas. Ha regalado muchas a amigos, conocidos y familiares. Comenta que para llevar a cabo esta afición se requiere un complejo proceso de selección de las especies, disección y correcta colocación. Sus limitaciones con el español le dificultan dar más precisiones sobre todo el procedimiento.

Para finalizar, Leo nos comenta otra pasión de la que no hemos hablado: decorar su casa con elementos reciclados...

Imposible extendernos más en este otro campo. El entrevistador no habla muy bien el inglés y el entrevistado se maneja como puede con el español. No importa. Hemos entendido perfectamente la globalidad de la ajetreada vida de Urbanski y hemos rellenado con la imaginación los huecos que deja un relato incompleto debido a cuestiones idiomáticas.

Extraemos como resumen de todo ello la enorme variedad de experiencias vitales de las personas y nos reafirmamos en la idea de que no es necesario viajar a países exóticos para disfrutar de estupendas vistas o cálidos atardeceres. Cerca de nosotros, a veces a nuestro lado, disponemos de suficiente material humano como para disfrutar de sus experiencias increíbles, de sus fantásticas aventuras... Sólo tenemos que acercarnos a ellos para descubrirlo, para hacer turismo... DE PERSONAS.