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martes, 28 de agosto de 2012

Antonio Lasala: pasión por escudriñar el firmamento.

Es difícil averiguar qué factor o factores han determinado la fijación -la pasión- que algunas personas profesan por un determinado hobbie o por una afición particular. Una imagen impactante, un hecho novedoso o incluso el entusiasmo por algún campo concreto compartido con otras personas, pueden suponer el detonante -el inicio- del recorrido de un largo camino dedicado a esa afición.

En el caso de Antonio, ya desde niño se imaginaba la evolución que iba a seguir la "carrera espacial". La pugna entre americanos y soviéticos propició el gigantesco logro de poner un humano en nuestro satélite en 1969 y la consecución de esta meta desató en muchas personas el deseo de adentrarse en los misterios del firmamento.  Precisamente el pasado día 25 de agosto de 2012 fallecía Neil Amstrong, protagonista, sin duda de este histórico acontecimiento.

Impulsado por una insaciable ansia de saber, poco a poco, con constancia y tesón, nuestro protagonista comenzó a materializar y hacer suya la idea de profundizar en el conocimiento del universo. Pero... dejemos que sea el propio Antonio el que nos detalle los comienzos y el desarrollo de su afición:

“Mis inicios en el campo de la Astronomía se pierden en los recuerdos que tengo de niño cuando contemplaba aquel cielo nocturno de Zaragoza desde el balcón de mi casa en el barrio de la Magdalena. La carencia de la hoy gravísima contaminación lumínica, propiciaba que las personas de aquellos años 60 disfrutáramos del mejor espectáculo que nos brinda la Naturaleza, la bóveda celeste.

 Con el devenir de los años mi afición culminó cuando en 1983 Marifé, mi esposa, me regaló mi primer telescopio (¡cuánto tengo que agradecerle sus ánimos y que nunca haya recibido de ella ningún reproche de todo lo que conlleva esta afición!), un newton de 114mm que todavía conservo y que muchas veces lo he llevado al colegio donde ejerzo, para hacer observaciones con mis alumnos a lo largo de estos años.

Posiblemente el acontecimiento que más me marcó fue la visita del cometa Halley en 1986. Supuso un reto buscarlo en el cielo para observarlo con el telescopio. De este tiempo nacería mi pasión por la fotografía. ¿Cuántas veces habré fotografiado la Luna, las constelaciones, los planetas…..?

En esos años la pasión por la fotografía astronómica me llevó a montar un pequeño taller de fotografía en un cuarto de mi casa. En él revelaba mis negativos y luego positivaba en mi ampliadora los resultados de mis observaciones.

Es muy importante resaltar que mi afición por la Astronomía no hubiera sido tal si no hubiera formado parte de varios grupos de aficionados. A través de una compañera de Marifé me puse en contacto con el que desde entonces es un gran amigo mío, un gran aficionado, observador incansable, descubridor de estrellas variables,… Joaquín Vidal.

Se puede decir que, sin lugar a dudas, fue un modelo para mí. Me invitó a reunirme con un grupo de aficionados que se juntaban todos los lunes en un local que nos cedía la parroquia del Carmen. Durante años  no dejé de asistir a sus reuniones. Allí presentábamos “los logros” que unos y otros hacíamos y debatíamos sobre acontecimientos científicos  y sobre las bondades de tal o cual telescopio o cacharro astronómico.

También me asocié en la Asociación Astronómica Aragonesa.

En esos años apareció algo que propició el gran salto en la astronomía amateur, las CCD. Aunque aparecieron en los años 70, fue al final de los años 80 y principios de los 90 cuando entraron en el campo de los aficionados. Esas maravillosas cámaras marcaron un antes y un después en este campo. La fotografía química poco a poco cedió terreno a favor de la fotografía digital. Fue cuando compré mi primera cámara ccd y con ella me sumergí en la Fometría de estrellas variables.

Paralelamente entré de la mano del amigo Joaquín en el GEA, Grupo de Estudios Astronómicos. A ellos tengo que agradecer todo lo que sé y las dos publicaciones en la Unión Astronómica Internacional de las dos estrellas variables que tuve la suerte de descubrir".


Puede comprobarse que estamos ante alguien con mente científica, que procede según rigurosos protocolos y que, gracias a su constancia y tesón ha conseguido logros tan importantes como descubrir dos estrellas variables y publicar su descubrimiento en las más acreditadas revistas científicas en este campo.

La primera fue la estrella NSV 8513 publicada por la IAU en el IBVS 4407 el 9 de diciembre de 1996. Catalogada como V2425 Oph en la 75º Name List (IBVS 4870)
La segunda, la estrella HD 93917 publicada por la IAU en el IBVS 5075 el 14 de mayo de 2001. Catalogada como VY Sex en la 77º Name List (IBVS 5422)

Esta última es un descubrimiento enteramente suyo: prospección y estudio fotométrico. El análisis de la curva de luz fue hecho por el GEA con software propio.

Como curiosidad decir que ha sido incluida en estudios científicos posteriores de velocidades radiales y publicados en revistas internacionales como The Astronomical Journal, 125:3258–3264, 2003 June.

El satélite Hipparcos y la gran producción fotométrica amateur hicieron que Lasala fuera dejando la Fotometría y se dedicara a la que hasta ahora es su pasión: la astrofotografía planetaria.

Las nuevas cámaras de video digital, y el avanzado software de tratamiento de imagen han posibilitado que los aficionados hayan podido contribuir con sus fotografías en el campo científico del estudio de atmósferas planetarias de Júpiter y Saturno, entre otros planetas.

Estas imágenes las envía fundamentalmente a tres sitios:

-PVOL (Planetary Virtual Observatory and Laboratory) es centro de referencia mundial en el análisis y estudio de atmósferas de planetas gigantes del Sistema Solar (http://www.pvol.ehu.es/pvol/) El equipo de trabajo del Grupo de Ciencias Planetarias, encabezado por el catedrático Agustín Sánchez Lavega, está en la Universidad del País Vasco y alberga la base de datos de imágenes online y pública, de las observaciones de los planetas gigantes obtenidas por telescopios pequeños. PVOL depende the Atmospheres Node of the International Outer Planets Watch (IOPW), que tiene como objetivo animar a las observaciones y el estudio de las atmósferas de los planetas gigantes.

Sus publicaciones aparecen en las revistas científicas internacionales más importantes, como Nature, Icarus, Astronomical Journal y Astronomy and Astrophysics.

-ALPO Japan (Association of Lunar and Planetary Observers, sección Japón), fundada en 1959) (http://alpo-j.asahikawa-med.ac.jp/indexE.htm)

-BAA: sección de Jupiter de la British Astronomical Association (http://www.britastro.org/jupiter/)

Por último, la dirección web de su pequeña página de Internet es:

http://www.telefonica.net/web2/observatorio_de_morata/

En la que inserta periódicamente los resultados de sus observaciones astronómicas. Incluye también, entre otros apartados, uno dedicado a educación con tres webquest.

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A todo lo anterior tenemos que añadir la paciente labor de observación realizada casi a diario por nuestro amigo. Esta tarea requiere mucha dedicación, esfuerzo y tesón y la realiza desde el observatorio que él mismo se ha construido en su casa de Morata de Jalón. Allí ha emplazado su telescopio de 10´´ y los delicados mecanismos con los que apunta con precisión milimétrica a estrellas y galaxias ubicadas a enormes distancias. Durante las observaciones utiliza sofisticados programas informáticos para obtener las mejores imágenes. Posteriormente también debe realizar un exigente trabajo de procesamiento de estas imágenes con la finalidad de conseguir un resultado impecable ajustado a las exigencias de la ciencia actual.

En la noche del 27 de agosto compartí con él la observación de la luna. Para un profano, la nítida imagen de los cráteres y planicies de nuestro satélite es una experiencia sin igual. La extremada definición del telescopio permite visualizar accidentes geográficos de ¡hasta 8 km! Su entusiasmo es contagioso y, enseguida me puso al corriente de los nombres de los cráteres lunares más significados.

Como él mismo dice:

“Las fotografías de la Luna es una faceta de la astrofotografía que me encanta particularmente. He tenido la suerte de que en la web LPOD (Lunar photo of the day) me han publicado 6 imágenes:

-La primera, y que más ilusión me hizo, fue
http://lpod.wikispaces.com/May+19%2C+2011 con los cráteres Ptolemaeus and Albategnius.

La gran dificultad de la fotografía lunar y planetaria radica en el inconveniente añadido a la focal empleada, el seeing o turbulencia atmosférica, que impide llegar a registrar detalles que teóricamente se deberían ver con la resolución óptica del telescopio".

También recibí detallada información de las posiciones de las estrellas con mayor visibilidad a finales de agosto, además de las historias mitológicas asociadas a cada una de ellas.

Descansamos un rato para dar cuenta de una opípara cena que había preparado su señora y, con posterioridad subimos de nuevo al telescopio para continuar con las observaciones. Qué pena que no pudiéramos llevar a cabo este segundo objetivo. Hacia las 12 de la noche el cielo estaba bastante encapotado, impidiendo las nubes la observación estelar.

Como consuelo, Antonio me mostró la forma idónea de presentar el planisferio celeste para identificar las constelaciones en los distintos meses del año y también pude disfrutar contemplando unas excelentes fotografías de júpiter que había tomado recientemente y de detalladas explicaciones sobre las franjas de este planeta, así como de su gran mancha roja.

Volví de Morata con la satisfacción de haber logrado dos metas que hace tiempo ambicionaba: contemplar al telescopio la majestuosidad de la luna y departir -tranquila y sosegadamente- con un auténtico experto en materia de astronomía. La animada conversación en la cena con Antonio y su mujer constituyó, por supuesto, otro aditamento importantísimo para el éxito de la jornada. A ambos les agradezco la acogida y las atenciones que me dedicaron.