En los tiempos que corren, ser capaz de seleccionar patrones y coser tus propios vestidos es una habilidad que no pasa desapercibida. Y teniendo en cuenta que la crisis económica cada vez aprieta más, esta destreza constituye una auténtica virtud a la vez que una hucha en la que se puede ahorrar dinero.
Pues bien, hoy hablamos con una persona que cuenta con ese don, con esa facilidad de materializar los diseños y patrones de las revistas en prendas de vestir sencillas pero originales al mismo tiempo. Y lo más importante: sentir la satisfacción de que ella misma las ha confeccionado y que, por tanto constituyen modelos exclusivos que nadie más va a llevar.
En la familia de Pilar siempre ha existido una vena artística clarísima. Su tío -por parte materna- era escultor y pintor y su propia madre confeccionaba, habitualmente, muchas de las prendas con las que vestían Pilar y su hermana. No es de extrañar, por tanto, que ya de jovencita, comenzara a dar las primeras puntadas, a pergeñar sus propios vestidos. El hecho de vestir una prenda que sabes que es única siempre hace ilusión. Si encima te la confeccionas tú misma, la satisfacción es doble.
No se necesitan grandes equipamientos para cortar y coser tus propios vestidos: una mesa grande, papel de seda para calcar los patrones, un lápiz o bolígrafo, regla, cinta métrica, hilos variados... y evidentemente agujas, dedal, tijeras y máquina de coser. Pero como ella dice, lo más importante son las ganas y echarle entusiasmo a la tarea.
Un patrón, es una plantilla realizada en papel para ser copiada en el tejido y fabricar una prenda de vestir, cortando, armando y cosiendo las distintas piezas. Los patrones domésticos suelen ser de papel de seda, que pueden incluir instrucciones de uso, sugerencias sobre la tela más apropiada y las posibles adaptaciones. Están disponibles en una amplia variedad de estilos, modelos, tallas, precios...y dónde?..
Llevan instrucciones de cómo tomar medidas, tablas para encontrar nuestra talla, instrucciones de costura: como localizar los patrones del modelo que hemos elegido, tejidos adecuados para ese diseño, cómo colocar los patrones sobre la tela, cómo coser una cremallera...
1º Elegir el diseño en una revista de moda
3º Buscar los patrones adecuados a la talla
4º Calcar los patrones5º Pasarlo a la tela
6º Dibujarlo en la tela
7º Recortar, teniendo muy en cuenta cuál es la cara y cuál el revés de la tela
8º Sobrehilar a máquina9º Coser la prenda
No ha tenido ningún empacho en llevar sus propios diseños a alguna boda y ha quedado estupendamente. Desde luego, tenía la seguridad de que nadie más iba a llevar un modelo como el suyo. Pronto tocará la comunión de su hija y ya se está planteando la posibilidad de cortarle ella misma el vestido.
Pilar permanece al tanto de las noticias que origina el mundo de la moda. Se fija en los diseños de los grandes creadores. Unos le gustan, otros... no tanto.
Por si alguno de sus diseños pudiera parecer llamativo o extravagante, ella adelanta que -en la actualidad- hay menos encasillamiento a la hora de vestir. Hay más informalidad que antaño y esa realidad proporciona más margen de actuación en este campo. También elige cuidadosamente los complementos: broches, collares, colgantes... De los zapatos lo que interesa -dice- es que sean cómodos y ergonómicos. El diseño, en este caso, quedaría en tercer lugar.
A diferencia de otras féminas, Pilar no invierte mucho tiempo en mirar ropa por las tiendas. Sigue su propio criterio y persevera en su línea de vestir con prendas confeccionadas a su gusto. Eso no quita para que cuando ve algo que le encaja y que le gusta, decida comprarlo. Pero no es lo habitual.
De cara al futuro, le encantaría que su hija también se contagiara de su pasión. Pasión a la que no le dedica todo el tiempo que quisiera porque también debe atender sus otras muchas aficiones: leer libros, viajar, la apicultura, cocinar, hacer jabon...
Todo lo encara con alegría y energía. No se le pone nada por delante, convencida como está de las bondades de la autosuficiencia y de la necesidad de plasmar en hechos, en obras, todo el potencial del que sabe que dispone.