También en esta ocasión debo indicar sólo las iniciales de mi amigo, por respeto a su intimidad. No ha sido fácil dar con él y cuando lo he conseguido, vía telefónica él no ha tenido reparo en charlar conmigo amigablemente de los más diversos temas y, en principio hemos quedado hoy domingo a las 9:30 para continuar con nuestra conversación en mi pueblo: Uncastillo.
Pero como suele suceder en otras ocasiones, la salida de Zaragoza se ha demorado debido a que me acompañaba mi hija mayor que, a su vez, también se ha retrasado un poco. Todo ello ha derivado en un retraso mayor de lo esperado, con llegada a Uncastillo a las 10:10 de la mañana.
La primera visita ha sido para I. pero ya no se encontraba en casa. Se había ido a realizar sus tareas en la explotación ganadera que regenta desde hace bastante tiempo.
El caso es que ambos nos conocemos desde niños. Yo guardo muy buen recuerdo de mis frecuentes visitas a su casa a ver la televisión porque ellos fueron de los primeros en disponer del nuevo invento que poco a poco se fue generalizando en el pueblo. Allí seguía algunas series como "El fugitivo" y otra cuyo nombre no recuerdo muy bien pero que se llamaba algo así como "Los impostores". El sonsonete de la serie decía... "Seres extraños llegados de un planeta que se extingue. Destino: la tierra. Propósito: adueñarse de ella. David Pilsen los ha visto. Sabe que son ellos y que tienen forma humana. Ha de convencer a un mundo incrédulo...que la pesadilla ha comenzado".
Después coincidimos en el actual instituto "Virgen del Pilar" donde continuamos manteniendo nuestra buena relación. Luego él se fue a Cordoba a cursar estudios de ingeniería y ya cada uno de nosotros continuó su vida por distintos caminos.
Todavía trabajó un tiempo de ingeniero hasta que decidió dar un cambio radical a su devenir y decidió retornar al pueblo y volver al campo para desarrollar en profundidad su verdadera pasión: ser ganadero.
Y a este empeño ha dedicado su vida hasta la actualidad. Creo que debe tener un año menos que yo y me hubiera encantado compartir con él la mañana de este domingo. Preguntarle por las razones que le impulsaron a dar ese paso. Las que han hecho que se mantuviera en primera línea, trabajando sin descanso de sol a sol. Los motivos que le llevan a alejarse del mundanal ruido, a no necesitar el móvil, a no emplear internet...
Fruto de esa reflexión ha surgido otra más profunda que inquiere por el sentido y las razones por las que la mayoría nos apuntamos a las "ventajas" de la vida moderna y no valoramos con objetividad los múltiples inconvenientes de la misma.
Mi amigo I es un hombre de profundas convicciones. Solidario con los demás, justo y ecuánime en sus juicios. Sensible, afectuoso y cálido. No le importa dedicar el tiempo que sea necesario a charlar contigo siempre y cuando tú también muestres con honradez tus ideas y razonamientos. Últimamente no hace mucha vida social. Sólo él sabe los motivos profundos de su decisión. Se dedica en cuerpo y alma a su ganado y así es feliz.
Después de la obligada visita a mi padre y un paseo por el pueblo en compañía de mi hija, hemos intentado dar con él tratando de encontrar el corral donde tenía el ganado, por un camino a la altura de Layana. Hemos ido y venido con el coche y lo hemos embarrado bastante pues ayer había llovido; pero nada, no hemos conseguido hallarlo. Para otra crónica quedan pendientes sus dos libros preferidos, sus dos lugares ideales, sus dos restaurantes y muchas más cosas que sin lugar a dudas nos podría ofrecer porque como digo, su vida es, -está siendo- singular y diferenciada del resto de los mortales.
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